martes, 3 de abril de 2012

RESUMEN DEL LIBRO
Historia de una maestra es la
narración, hecha desde la memoria, de la vida de Gabriela durante los años
veinte y hasta el comienzo de la guerra civil. En
este libro se ve lo que precede a la guerra civil, la República.
La
república empieza el día 14 de abril del año 1931, el mismo día que nació
Juana, la hija de Gabriela y Ezequiel. La república se anuncia en el pueblo con
campanadas. Con ella llega la reforma de la enseñanza, dice que las escuelas
deben estar abiertas a todos los estudiantes según su capacidad y no por su
posición económica. La república la libertad, autonomía, solidaridad y
civilidad. Las primeras reacciones ante ella fueron el desconcierto y la
desconfianza. Los vecinos se iban agrupando en dos núcleos: unos a favor
(republicanos) y otros en contra (capitalistas). La república no apoya el clero
y quitan la religión de las escuelas. La república quería salvar a España del
aislamiento y la ignorancia. En dos años la República consiguió despertar un
interés por enseñar y por aprender. Pero todo lo que prometió la República no
se vio cumplido con el tiempo.
Con
el cambio de gobierno aparecen las
primeras disputas. Se crea el Frente Único de profesores, en el que participa
Ezequiel.

Josefina Aldecoa abundó en la necesidad de escribir
la historia "para no repetirla" y para sentar las
premisas de lo que una sociedad quiere hacer con
su futuro.
Con el trasfondo de la República, la revolución de Octubre y la
guerra, esta novela rememora aquella época de pobreza, ignorancia y opresión, y
muestra el importante papel de la enseñanza y de aquellos que lucharon por
educar un país.
Es un
libro, histórico por la época en la que la tiene lugar, durante la II
República y también tradicional, ya que nos
cuenta cómo se hacían las cosas en ese momento. Nos enseña
cómo era la vida en un momento duro en España y que a
mi particularmente me ha gustado mucho.
Pero realmente pienso, que
es un libro importante para mostrar a la gente una mirada del pasado que
normalmente no se ve o se plasma en los libros de historias, donde no
se enseñan los métodos pedagógicos de la época, ni
la vida de nuestros abuelos,
cómo se vivía en el campo y, en concreto, en los
pueblos mineros.


ENTREVISTA A JOSEFINA ALDECOA:

- Háblenos del grupo de novelistas de los años 50 al que usted
perteneció.
¿Cómo era la relación literaria y personal
entre ustedes en aquellos años?
Maravillosa. La mayoría nos habíamos
conocido en la facultad de Letras de
Madrid, pero no precisamente en el aula:
Ignacio (Aldecoa), Jesús Fernández
Santos y
Ferlosio no aparecían por clase, había que encontrarlos en el bar.
- ¿Qué otros rasgos les unían, además de la amistad?
La mayoría éramos estudiantes de
universidad en Madrid o Barcelona, y a todos nos unía una experiencia
cronológica: la guerra civil que vivimos en nuestra infancia. Muchos empezaron
en los 50 a publicar sus primeras novelas, poemas, cuentos u obras de teatro
con unos rasgos comunes: la preocupación por la realidad que les rodeaba, la
tristeza, sordidez y miseria de un país que arrastraba las consecuencias de una
guerra civil y después una guerra mundial.
Muchas veces he pensado que lo que impulsó a
escribir a mis compañeros fue esa necesidad de contar lo vivido: se les l/amó
escritores realistas, sociales o socio-realistas... "
- ¿le parece que se mantiene este compromiso en las nuevas
generaciones literarias?
Todos somos hijos de la consecuencia
histórica que nos ha tocado vivir, ya la generación de mis hijos o de mis
nietos lo que les contamos de esos años les parece la guerra de las Galas. Los
nuevos escritores no tienen por qué sentir la necesidad de ese compromiso
ético: cuando la realidad es más dulce uno se puede permitir el lujo como
escritor de abordar otros problemas humanos, y no se puede decir que eso esté
mal, depende de la época.
¿Podría resumimos su trayectoria literaria
desde los años 50 y 60?
En esos años yo ya escribía; como mis
amigos; artículos; cuentos, reseñas; alguna traducción... He de añadir que eran
difíciles de; colocar’; en las escasas revistas y periódicos que existían;
pues, a diferencia de hoy, ser joven no era un valor que se cotizara en bolsa.
Reuní mis primeros cuentos en el libro A ninguna parte. Escribí dos novelas;
una de las cuales; La casa gris; quedó finalista del Nadal en 1953.
A finales de los 60, la muerte de Ignacio sumió mi vida en un largo
paréntesis de silencio, etapa que duraría casi diez años, durante los cuales
todo mi trabajo literario se redujo a la lectura. En 1979, un
amigo editor insistió en que hiciera un largo prólogo para una selección con
notas de los cuentos de Ignacio; y para ese mismo editor escribí Los niños
de la guerra, memoria generacional como homenaje a mis amigos. El hielo
estaba roto.
Después escribí una novela no social, La enredadera (1984) la historia de dos
mujeres que habitan una misma casa con cien años de diferencia. Seguirán, en 1986;
Porque éramos jóvenes, y El vergel (J 988).
- Cuando retornó la escritura después de los años de silencio,
¿sentía más miedo que cuando empezó?
Yo creo que, aunque mi descanso literario
fue forzado por mi situación psicológica de entonces, me vino bien en otro aspecto: durante
el tiempo en que no escribí maduré en muchos sentidos. Cuando volví yo había
cambiado en cuanto a la capacidad de expresión, a mis
experiencias humanas ... No había cambiado de ideas, de ideología, de sentido
crítico, pero me vi impulsada a escribir de lo que estaba
escribiendo todo el mundo. Ya no quería escribir de la posguerra.
- Y qué ocurrió para que en 1990 publicara Historia de una maestra, una
novela en la que vuelve a tomar el hilo de los cuentos de los años 50?
La memoria es la explicación. Nada de lo vivido
permanece encerrado por mucho tiempo en la censura del subconsciente.
Precisamente el hecho de escribir tiene mucho que ver con la liberación del
subconsciente. También es cierto que todo escritor en un momento u otro
de su vida vuelve a la infancia, que en mi caso transcurrió en parte
antes de la guerra civil y en parte durante ella.
Cuando la terminé en 7990, mi editor mostró gran interés por
ella, pero con una sombra de duda: ¿va a interesar en este momento? ¿Va
a ser aceptada una novela que trata de los temas tachados por la transición?
El editor asumió el riesgo, pues le gustaba, y tuvo un éxito inesperado.
Lectores, críticos y amigos me pedían que continuara con la
historia inicial, llevando a los personajes adelante en el tiempo, y me
decidí a continuar, completando con los tres libros una trilogía que
trata de la historia de una mujer a lo largo de todo el siglo XX.
- A qué atribuye el interés que despertó esa
novela incluso entre los jóvenes?
A finales de los 80 en el ambiente se lavaba la
percepción de que la circunstancia histórica había vuelto a cambiar. Los
años 90 se estrenan con una alarmante descenso del optimismo anterior:
en el 93 los socialistas sufren un revés que se confirma en el 96,
se suceden los ataques entre los partidos políticos y el enconamiento entre
las posiciones mutuas, las campañas de descréditos, las situación delicada de
los nacionalismos..., hacen dudar a los españoles de esa transición
pacífica e idílica. Y con un sobresalto, una pregunta se introduce
en la mente de muchos: ¿dónde hemos dejado la memoria? ¿Dónde está el análisis
reposado y sereno, pero ineludible, de lo que fue la guerra, la postguerra y los
cuarenta años de dictadura?
- ¿le parece que entre los escritores de su generación que aún
escriben se ha producido un interés similar por recuperar la memoria?
Un dato muy significativo es que al mismo tiempo que yo escribía
Historia de una maestra otros escritores de mi generación. Habían empezado
también a escribir de la memoria: todos habían sentido la necesidad de
no pactar con el olvido, de recuperar la memoria de lo que hemos vivido, para
dejar testimonio a los que vengan después. De la verdadera, profunda,
humana historia de España, esa que no se ve en los libros de texto, la
historia pequeña de la gente, de lo que la gente sufría, sentía y vivía en
aquellos días.
- Volviendo a Historia de una maestra, allí refleja una
universidad itinerante, que recorre pueblos instruyendo a la gente inculta. ¿No
cree que la universidad actual esté distanciada del pueblo, aislada?
Sí pero no olvidemos que las
"misiones pedagógicas de los años 30 de las que hablo en mi novela no
pueden aislarse del momento histórico en que sucedieron.
Respondieron a una labor de profesores estudiantes y profesionales que de modo
altruista se implicaron en culturizar a los habitantes de
pueblos muy atrasados. Yo misma me propuse con Ignacio y Alfonso Sastre
y otros amigos re5ucitar el espíritu de
aquellas misiones a comienzos de los SO. Pero son cosas del pasado hoy en día
no tendría sentido hacer algo parecido.
- ¿Y qué le dice su experiencia como maestra al respecto?
Pienso que la educación ha de ser libre y
razonada pero no soy partidaria de dejar
que los niños hagan lo que quieran. Ese es un peligro actual: algunos padres quizá debido a la educación más estricta que
recibieron quieren que sus hijos no pasen lo que ellos pasaron y les dan una
libertad ilimitada pero eso es erróneo.



Para
mí, los principales personajes son Gabriela y Ezequiel.
GABRIELA:
es la protagonista de la historia, es una mujer fuerte cuyo objetivo en la vida
es enseñar. Es maestra. En su viaje a Guinea aprende mucho. Se casa con
Ezequiel sin amarlo completamente, pero junto a él formara la vida que siempre
ha querido, tranquila y serena. La vida de Gabriela gira en torno a su hija
Juana y en torno a la escuela. Es buena y comprensiva. Vive feliz con su
familia
EZEQUIEL:
Es el marido de Gabriela, su amor no fue apasionado, él es maestro. Sus padres
murieron de hambre y él quiere que nadie sufra como él. Es serio y formal. Su
objetivo en la vida era enseñar, pero el rumbo de su vida cambia con la
política, hasta llega a morir por ella
Creo
que Gabriela en el fondo no es feliz, cuando se hace a un lugar cambia de
sitio. Se casa con Ezequiel sin amarlo verdaderamente y eso creo que es un
error, con el podrá formar una familia normal, pero creo que ella se ha casado
con él precisamente para tener una vida normal. Para ella lo más importante es
enseñar, la gusta esta profesión porque la recompensa es que los niños sean
alguien el día de mañana, pero desde el nacimiento de su hija Juana, ésta es lo
más importante de su vida y busca consuelo en ella cuando no tiene cerca de
ella a Ezequiel.
Ezequiel
era un hombre solitario, y el que sus padres murieran de hambre le dejaría una
espina en el corazón con lo que será profesor para que a nadie le pase lo
mismo. Con el nacimiento de Juana, creo que se siente al margen del asunto ya
que Gabriela le deja un poco de lado. A la llegada al pueblo de los Valles, su
vida que giraba en torno a la enseñanza, empieza a ver como lo principal a la
política, es capaz de dejar abandonadas a su mujer e hija, y hasta muere
defendiendo la política por la que él creía.

Además de los autores principales hay que
mencionar a los demás autores como son:
ROSA:
es la amiga de Gabriela, la acompaña en la graduación.
PADRE
DE GABRIELA: Tenía las ideas muy claras, había educado a Gabriela con libertad,
pero también con prudencia. Quería mucho a su hija, fue a recogerla cuando se
puso enferma y vigiló mucho a Ezequiel al principio de su matrimonio. Era un
modesto funcionario de ferrocarriles.
JUANA:
es la hija de Gabriela y Ezequiel. Es todo para Gabriela. Es una niña alegre y
con buena salud. Crecía feliz y era muy inteligente, le encantaba hablar y
amaba las palabras.
WENSCESLAO:
era un anciano, era un hombre muy sabio que sirvió de guía a Gabriela la
contaba cómo era el pueblo y cómo eran el alcalde, el cura, etc. en el pueblo,
le dejaba libros a Gabriela. Era rico
MARIA:
Gabriela vivió en su casa. Ella era viuda de un herrero y no tenía hijos. Era
muy silenciosa. Era amable
GENARO:
era un alumno de Gabriela, ésta le tenía mucho cariño. Era un niño muy amable e
interesado en los estudios.
EMILIE:
Gabriela le conoció en Guinea. Él era negro, con una gran sonrisa. Era bastante
culto y era médico. Se estableció una gran amistad entre él y Gabriela, tanto
que ella no sabe hasta dónde llega la dependencia que tiene con él, para
Gabriela Emilie es la libertad, la aventura, la lejanía, la fantasía. Cuando se
va de Guinea le echa mucho de menos.
REGINA:
es una vecina, quiere y cuida mucho a Juana. Está separada de su marido y tiene
un hijo al que manda con su padre.
GERMÁN:
es el alcalde del pueblo de los Valles, es republicano. Es un buen hombre, sensato y equilibrado,
todos los del pueblo tienen buena opinión de él, mantiene una fuerte amistad
con Ezequiel. Vivía solo con su hija soltera, Eloísa.
ELOÍSA:
Hija de Germán y la belga. Le comunica a Gabriela la muerte de su padre y la de
su marido.
DOMINGO
E INÉS: son los profesores de la mina, son matrimonio, jóvenes y desenvueltos.
Ellos son muy involucrados en la política.
MATEO:
Tiene una disminución psíquica y le ponen en el grupo de los pequeños, junto a
su hermano. Se comporta como un niño pequeño y eso no es fácil para su hermano
pequeño que cuida de él. Necesita atención individual, pero la convivencia en
grupo le favorece.
MILA:
es una chica de 15 años que cuida a Juana mientras Gabriela trabaja, es hija de
un minero, ya muerto y su madre necesita que trabaje para poder mantener a sus
hermanos pequeños. Informa a Gabriela de lo que pasa en la mina.

1 comentario:

  1. A lo largo de la lectura de este libro, he aprendido muchas cosas sobre mi futura labor como docente, así como de las diferentes etapas y dificultades por las que ha pasado la educación.

    Pero sobre todo, he aprendido y sentido, la importancia que tiene nuestra labor en los niños, los cuales necesitan mucho de nuestra entrega, cariño y dedicación.

    La manera que ha tenido Josefina Aldecoa, de hacernos llegar la educación de entonces, ha sido muy real y cercana.

    A través de la valentía de su personaje principal, Aldecoa, me ha transmitido fuerza para luchar por lo que realmente uno quiere en la vida, en mi caso la educación y el aprendizaje de tantos niños, que con su inocencia te envuelven en el maravilloso mundo de la infancia y la fantasía.
    Por eso, pienso que todo maestro debería leer en algún momento de su vida, este libro, y recapacitar sobre lo que en él se nos transmite, así como tener presente el camino hacia la esperanza y el idealismo, que la autora nos ha querido plasmar en él.

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